Afortunadamente es lo que se pudo comprobar durante la jornada de ayer ante los testimonios de respeto y admiración que desfilaron por su capilla ardiente en el Palacio del Congreso.
Fué un día para quedarse en casa, y la noche, más serrana, recia y desalentadora todavía. Pero los españoles no se arredraron. Y allí estuvimos; es decir mas bien pasamos rápidamente porque el tiempo apremiaba; los compañeros de la interminable cola esperaban su turno ateridos por la fría noche y no era cuestión de detenerse ni un segundo.
Dia memorable que no olvidaremos.
Descanse en Paz, junto a su llorada esposa, cobijados entre los muros de la imponente catedral abulense.
Y termino con las certeras palabras de Federico García Lorca, "Caminante, no hay Camino. Se hace Camino al andar". Y él no lo dudo.
martes, 25 de marzo de 2014
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