Y nos querían envenenar, Jose María (mi excolega Antonio, dixit; aplicable ahora a Chipre&U.E.)

Pues eso. Que nos la quieren dar con queso. Que una vez más se cumple aquello  de ¿que tendrá que ver el campo para comer trigo?. Porque si trasladamos o extrapolamos a la inversa la situación, voy a tener que empezar a preocuparme seriamente cuando alguno de mis nietos o sobrinos-nietos haya vaciado su hucha o libreta de ahorros, de forma más o menos voluntaria o inconsciente, y empiece a llorar y sufrir como una Magdalena o un Ecce Homo.
Porque, mes amis, colegas y lectores, ¿alguien puede creerse seriamente que el PROBLEMA  de las finanzas chipriotas puede afectar a la Economia de la Unión Europea, para que hasta las más saneadas y eficientes empresas europeas hayan visto afectada su cotización de forma sensible por esta milonga mediterránea. ¡Vamos anda! ¿Qui prodest?.¡

¿De que van en el Eurogrupo?. ¿Está loca la TROIKA?

¿Se habrán fumado un pito de marihuana? ¿O es que ya estaban tan zumbaos, y colocaos,  el viernes dia 15 que empezaron a decir paridas, tonterias, gilipolleces..etc.. y finalmente se lo jugaron a los dados para ver que medida tomaban para que los chipriotas pudieran acceder a las ayuditas del BCE &FMI?. ¿Pero es que ya no queda nadie con dos dedos de frente o sentido común entre aquellos marmóreos palacios de Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo?.¡ Increible! . ¿Acaso estaría todavía soñando y alucinaba en colores con mi subconsciente impactado por la alegria de tres dias de fiesta, vacances u holganza?  Sí amigos, esto y mucho más se me ocurrió pensar, sobre la marcha, cuando conducía el sábado pasado, 16 de marzo, por la mañana, hacia el Mediterráneo inmerso en una quasicaravana fallera rumbo al sol, las tracas, naranjas y cohetes, y escuchaba la noticia por la radio.
Y lo peor del caso es que, a estas horas, todavía no ha dimitido nadie ni se espera que lo haga. Lo cual me recuerda aquello de "Ojo con el Santo, que es de piedra" . Y, al parecer, últimamente los porteadores de la Quintaesencia Comunitaria andan mas bien transmutados, fuera de lugar y tomando decisiones con menos criterio que una pandilla de niños&niñas jugando al Monopoly. Mala barraca, mes amis!
PD/PS: parecería que, para las mentes pensantes de la UE, cualquier mindungui europeo (apelativo cariñoso, no ofensivo, del ciudadano medio de la UE)  suele tener 100.000 (CIEN MIL ) euros o más  en su cuenta corriente esperando a que una panda de tarados, ahitos de birra&champagne, godivas, crevettes y mejillones, les confisque/expolie lo que les venga en gana. ¡Con un par!

¡Habemus Papam!

Y con un poco de suerte será español, y de Teruel. Y tengo que reconocer que, hasta hace poco más de una hora, yo no sabía  ni que existía, ;-(. ¡Alabado sea Dios! Pero, en cualquier caso, que sea lo que Dios quiera.

Trabajo pendiente y desfase normativo

Un breve apunte sobre las obligaciones que pesan sobre las empresa españolas, incuidas las microempresas: incluir en sus Declaraciones anuales obligatorias de cobros y pagos al Ministerio de Hacienda, a todos aquellos proveedores o clientes cuya cifra de negocio haya superado los 3.000 euros en el ejercicio anterior ( entonces era medio millón de pesetas). Esta norma se implantó en España en el quinquenio 1980/1985 ( no recuedo bien la fecha, pero la tuve que sufrir). Y sigue vigente.
Hace 30 años, 500.000 pesetas, medio kilo ( conocido popularmente asi porque un millón de pesetas en billetes de 1.000 pesetas pesaba 1.000 gramos, un kilo),  era mucho dinero. Muchísimo. Y convenía tener la posibilidad de seguir el rastro, si es que se hubiese podido hacer, a cualquier entidad o persona fisica que "manejara tanto dinero". Pero hoy en día, 30 años después, seguir con el mismo patrón o muletilla de control,  parece un poco desfasado, casi, casi rocambolesco.
 Y si a esto unimos la reciente normativa que obliga a los bancos a "marcar" cualquier transacción que se produzca superior a los 3.000 euros parece que "el medio kilo" tiene, en la piel de toro, como un valor casi, casi taumatúrgico, diabólico, podríamos decir. Aunque no tenga nada que ver aquel medio kilo de hace 30 años, con el de ahora. Lo cual me recuerda un antiguo dicho de mi Jefe y Director General , allá por el año 1970, cuando iniciaba mi actividad profesional, al referirse al señor Interventor de la empresa