sábado, 3 de octubre de 2009

Era previsible, sí, e insensato gastar, en plan cuento de la Lechera, y por un empecinamiento, lo que no teníamos.

En ninguna parte, libro o códice se indica que todos tenemos derecho, simultáneamente a los mismos bienes y divertimentos. En cambio se ha promovido la idea contraria: que todos estamos amparados por el manto protector del Estado para consumir lo que nos apetezca, y tener siempre dinero de bolsillo para comprar lo que tiene nuestro vecino, sin meditar ni un segundo el esfuerzo o trabajo que ha dedicado para conseguirlo. Papa Estado es omnipresente, y nosotros, súbditos obedientes y aborregados, bastante hacemos con salir de la cama cada día y recoger el maná. Lastima que eso no sea mas que un espejismo alimentado por los políticos que de forma indecente se apoyan en una población adormilada y embrutecida cada día más.

Y así hemos llegado a la actualidad, donde casi nada se ha hecho positivamente para que el pozo de la crisis no nos engulla para la eternidad. Y si nos queda alguna duda no hay mas que repasar el comunicado de esta semana del Fondo Monetario Internacional. El último de la fila será España, y los responsables nacionales se rasgan las vestiduras como única acción para contrarrestar tan terrible mazazo, por otra parte anunciado desde hace mucho tiempo por la Leal y acobardada Oposición.

Y ahora lloremos un poco porque nos han robado las Olimpiadas de 2016 ( a las que nunca debiéramos habernos presentado). Y sigamos tapando zanjas y reprogramando las necesidades reales de los ciudadanos, habitualmente al margen de los sueños de grandeza y de la buena vida de sus representantes, única forma de que nuestros nietos no nos avergüencen antes de que nos demos cuenta. Porque entonces ya será demasiado tarde.

No hay comentarios: