lunes, 17 de agosto de 2009

Inquietud, .. zozobra, agonía, acongojamiento...

Todas ellas palabras sinococas o equivalentes. Pues resulta ser que a nuestro novato Ministro de Justicia, con aspecto de revolucionario reconvertido,le inquieta la retardada Sentencia del Estatuo catalán.Y ¿por qué?..quizás porque es una burla o como mínimo una impresentable tomadura de pelo a toda la Sociedad española?. A los españoles no independentistas, vamos. O quizás porque presiente que de su resultado van a depender tantas cosas como su futuro, sueldo extra, gabelas o recolocación en un ambiente menos universitario pero mejor remunerado del que habia disfrutado y gozado, sin inquietudes, hasta ahora. O vaya usted a saber la causa..Quizás, quizás para extender una manita de tintadecalamar sobre los mustios collados, otrora brotados y verdes.

¡Quí lo sá!. ¡Cosas veredes, amigo Sancho...!. Y nosotros más, tantas que nos pondrán los pocos cabellos que nos quedan de color azul, morado o retinto emblanquinado.

Seuiremos esperando, "profesor", pero, por favor,hasta tanto suene la flauta o llegue el parto del Alto Tribunal, no siga ustede fastidiando el invento (mareando la perdiz) con pensamientos publicados sobre un asunto que, de momento, estaría subyudice. O equivalente. Mejor no meneallo, vamos.

1 comentario:

OptimistasigloXXI dijo...

Bueno, Caminante, no está mal. Pero no te cebes tanto con ellos, que son como niños: da igual que esten en la Opo que en Moncloa. Lo suyo es enredar y gobernar a base de encuestas y flashes mediaticos con efecto de 24/48 horas. Tipo aspirina o calmante vitaminado. Y a continuación, otro toro!. Como el de los impuestos: Pepiño que si lo vamos a tener que subir, y especialemnete a los ricos, por consiguiente. ZP: que ni me lo mentes, pardiez!, que ese tema es mas sagrado que la propia.

Y así van transcurriendo los calurosos días ( con efectos nocivos para la mayoría, por lo del recalentamiento cerebral y anímico; y muy poquito para otros que se apalancan en un palacio isleñomoruno y cañi como el de la Mareta.

Y así, comiendo y friendo, llegaremos al temible otoño cuya progaramción ya está casi finalizad para que no se produzcan fallos tan grotescos como los del verano. Muriendo y aprendiendo, claro.