lunes, 1 de diciembre de 2008

¡Leña al mono, que es de trapo!

Pues tal parece que los envenenados cerebritos que anidan por los enmoquetados despachos de la Moncloa, y los acuchillados cubículos de Ferráz, tienen como divisa inmarcesible al desaliento. Ellos no tienen rivales politicos sino ENEMIGOS, con lupa de 100 aumentos, a los que hay que destruir cual si del VIRUSMADRE de la peste se tratara. <¡Sus y a ellos!, que para mañana es tarde!>, sería el mensaje que todas las madrugadas lleva el Ordenanza Mayor, más o menos jorobado o mosqueado de tanta gilipolluá, pasillo arriba, corredor abajo por los recovecos monclovitas: ¡Atenta la guardia!..y bla, bla, bla...Palabrita del niño jesús.

Siempre igual: impasible el ademán. Presentes, cual si de epifenómenos de pesadillas orwellianas se trataran. Un dia, y otro. Y asi hasta el infinito, y más:

Pues arrieritos somos, y en cualquier esquinita nos econntramos y entonces se habrá terminado la posibilidad de dialogar, porque en este Mundo traidor todo tiene un punto medio y dos orillas, y el pretender que la superguay del paraguay es simepre, for ever, la izquierda, más o menos roja-carmesí, pues que no mola, ni convence, oigan. Que finalmente se termina rompiendo la baraja porque, como se le dijo a un conocido catedrático universitario, . Manque os pese.