jueves, 27 de diciembre de 2007

Kosovo, melón abierto. Lotería, ¿de verdad queremos eliminar el dinero negro y su lavado?

Acuden esta noche a mis dedos algunos de los temas de actualidad de los que he seleccionado el asunto de la movida europea sobre la petición de independencia de Kosovo y el billete robado de lotería en Carballo. Como es segundo día de Navidad en
tierras valencianas, y la comida ha sido de nuevo variada y abundante, procuraré ser breve, por aquello de las digestiones,

_Proceso de Independencia de Kosovo. No es un tema de hoy, pero sí de Estos días las declaraciones del exPresidente Aznar sobre la gravedad del tema, y la decisión de la Comunidad Europea de tutelar la transición. No soy un experto en casi nada, y mucho menos en procesos de Independencia. Pero sí lo suficientemente mayor como para estar tan preocupado o intranquilo, si no más, como el Sr. Aznar. "Mentar la soga en casa el ahorcado”, creo que se llama esta situación. Completada con aquella otra que dice “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. Pues eso, que, en mi opinión ( y algunas tan dignas de tener en cuenta como las de Rusia y Serbia) “Estamos haciendo un pan con unas hostias”. Y, o mucho me equivoco, o el Proyecto de Unión europea soñado por nuestros padres políticos, Monet y Schuman, está prácticamente en el cubo de basura. Y para este viaje no nos hacían falta tantas alforjas.

_Boletos de Lotería Vs lavado de dinero negro y robo. Pregunta sencilla: ¿A que esperan nuestros sesudos legisladores, tan dados a tratar cualquier tema que les merezca una portada en los medios de comunicación, para ordenar que la venta de los décimos de Lotería lleve como obligatorio la expedición de la correspondiente factura, con los datos exigibles a cualquier transacción comercial seria?. “Muerto el perro se acabó la rabia”, dice el sabio refranero. Pues manos a la obra, porque “de un tiro”, es un decir, o tacada, mataríamos dos o tres pájaros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues no, no es mala la idea de la Lotería. Entiendo que de esta forma quien pasara a cobrar un décimo deberia acreditar fehacientemente ser el poseedor legal del mismo, bien por haberlo comprado, o bien por tener un poder o delegación del verdadero propietario.
Con ello eliminaríamos de un plumazo a los chorizos, ladrones y especialmente a los impresentables y presuntos delincuentes que se dedican a lavar o blanquear su dinero, negro como el carbón, a través y delante de las narices del propio Ministerio de Hacienda. (¡Vivir para ver!).
Aunque me apuesto doble contra sencillo a que los bien remunerados parlamentarios no van a cogerse de los moños por este tema. ¡¿A que no?.